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Taparse los oídos para robar la campana [CGC360]

«Una vez la gente fue a apropiarse de las propiedades de un noble arruinado. Un hombre codiciaba una enorme campana de bronce. Fue a robarla cuando no había nadie, pero como no podía con ella por su peso, tomó un martillo para partirla en trozos. Al golpearla sonó fuertemente por lo que el hombre, asustado, se tapó los oídos para disimular el ruido y fue, por supuesto, descubierto»

Esta frase se usa para denunciar los actos de las personas que pretendiendo engañar a otras sólo consiguen engañarse a si mismo.

(sacado del libro Proverbios de la Antigua China, recopilación de Li Deming y Dai Bingpo, Miraguano ediciones, Madrid 1986)

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