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¡Que se le van las vitaminas!




Reseña del libro ¡Que se le van las vitaminas! de Debora García Bello. Editorial Paidós. Barcelona 2018

Me gusta leer libros de divulgación científica. Ultimamente he aumentado la dosis no solo por aprender nuevos conocimientos sino porque me estoy asustando de la propagación de las anticiencias (que es como llamo a lo que se conoce por pseudociencias). No paro de encontrarme conversaciones, tanto en la vida real como en la virtual, de gente que está convencida de patrañas antiecológicas que dice son ecológicas, de supersticiones que dicen son reales, y una larga lista de sinrazones defendidas a capa y espada con toda suerte de disparates lógicos.

Así que además de para informarme y aprender, ando buscando libros para aconsejar o regalar con la intención de que lleguen el máximo de ideas racionales a mi entorno. Y así fue como llegué a este libro.

Lo primero que tengo que decir es que éste me ha gustado y mucho. De hecho nada más terminarlo he encargado en una de mis librerías habituales el otro libro que he encontrado referenciado de la autora. Ese otro libro se llama Todo es cuestión de Química y espero reseñarlo también por aquí en breve. Por cierto, a los que le extrañe que lo pida en una librería en vez de Amazon o parecido, le preciso que lo hice por internet, pero sí en una de mis 3 librerías habituales.

Se me antoja un libro todoterreno. Quiero decir que encaja en muchos tipos distintos de lectores. Muy útil para jóvenes, por aquello de que son los que más leen, pero también para mayores. Me ha recordado otros libros que suelo regalar, por ejemplo ¿Por qué el cielo es azul? de Javier Fernández Panadero. En ambos casos se trata de divulgación amena, su lectura es fácil y los contenidos son rigurosos.

El libro tiene 24 capítulos, unos más breves que otro, pero por lo general de pocas páginas. Cada uno termina con una breve relación de fuentes. Este detalle se agradece. Además de justificar el contenido es una breve bibliografía que puede orientarte si quieres saber más del tema. La mayoría de citas son artículos, algunos especializados pero abundn más los de prensa o divulgativos. Me hubiera gustado encontrarme citados más libros, pero aplaudo este detalle final de cada capítulo.

Me ha agradado el tono amable y en algunos casos poco tajante con que está escrito. Así por ejemplo, te cuenta las pegas de los zumos (mucho azúcar, pocas fibras, ...) pero sin olvidar contarte que le encantan los zumos del desayuno. En contra de lo que alguno pueda pensar, los libros científicos suelen ser así. Sí, los libros científicos contienen dudas. Si lo piensas bien los que te decían exactamente como funcionan las cosas sin lugar a duda eran los catecismos. Un libro de divulgación científica tiene que ser más abierto, dejarte claro muchas cosas, pero transmitirte información, no órdenes, y también dudas dónde las hay. Otro acierto del ibro.

Me ha llamado la atención el capítulo sobre esa persona a la que llamo, con humor, el vendedor calvo de crecepelos. Lo critica pero no cita su nombre. Bueno, si eres observador te lo encontrarás en las fuentes, con un artículo que sí lo cita explícitamente. Esa persona, el vendedor calvo de crecepelos, es un peligro para la salud, como lo deja claro el libro, por eso muchos estamos acostumbrados a dar el nombre para intentar poner en guarda de sus engaños a la gente. Me ha gustado esta nueva estrategia complementaria en este libro. A ver si entre todos hacemos llegar la racionalidad a sus víctimas.

Uno de los capítulos me ha aportado una reflexión curiosa. Dice la autora que al ver un documental (que tampoco cita, pero que fácil de reconocer) sobre el cambio climático le surgieron dudas. El famoso documental se suele citar como un éxito para convencer a la gente acerca de los peligros del cambio climático. Ya sabrás el que es (también tengo el libro, je,je). Pero a ella, convencida sobre estos problemas, las argucias demagógicas le transmitieron dudas. Justo a mi me pasó lo mismo. Por un lado los que pretendemos aprender y razonar objetivamente tenemos que hacer un esfuerzo, hay que estudiar, leer y pensar. Pero también hay que hacer un esfuerzo por transmitir lo que conseguimos saber. No es cuestión de acabar condenado y que dentro de 500 años se admita la razón como en el caso de Galileo. Y la paradoja, cruel paradoja, es que intentos demagógicos tengan más éxito que las exposciones racionales.

No voy a hacer inventario de los 24 mitos que cita. Están muchos de los que más me preocupan, y voy a dar un ejemplo. Los chemtrails. Dice alguna gente que nos están fumigando con venenos y como prueba adjuntan fotos de estelas de aviones. Algo bien absurdo, pero sobre lo que he tenido varias discusiones en redes. En una de ellas, que me dejó bastante preocupado me tacharon de intolerante y poco sensible por 'no apoyar' a una persona e ir en su contra. Yo 'iba en su contra' porque pretendía convencerla, ¡atención!, de que hiciera caso al médico. Eso, intentar que le hiciera caso a su médico, según los partipantes en la conversación demostraba mi arrogancia e intolerancia. La persona en cuestión tenía problemas respiratorios y el médico pretendía darle medicinas en vez de hacerle caso y denunciar que la estaban envenenando los aviones eso. El que tenga un mínimo de cultura y sensatez se puede reir, pero yo lo pasé muy mal viendo los 'apoyos' que les daban en la red, donde los culpables eramos yo, el médico y los aviones. Hay que ser 'mala persona' como yo para decirle que le haga caso al médico y se deje de historias conspiranoicas.

Desgraciadamente la lista de mitos en temas con repercusiones graves como la lucha contra el cáncer, o las vacunas, es larga. Creo que la selección del libro es muy acertada.

Aparte de los elogios me gustaría dar una queja a la autora. Queja amistosa, claro está. El libro termina con un epílogo que es un alegato del pensamiento crítico. Me ha encantado, pero ... pero ahí viene mi pequeño disgusto ... acaba con una cita de Nietzsche. Acabar un alegato del pensamiento crítico citando al que es el máximo representante de la filosofía irracional, autor misógino y precursor de las ideas fascistas es como si yo citara al vendedor calvo de crecepelos tras una defensa de las vacunas y los avances de la medicina.

Para compensar la queja anterior, otro elogio al libro. La cita primera, con la que empieza el libro si me encanta: ''El sueño de la razón produce monstruos". Es el título de un grabado de Goya (curiosamente no se trata de una cita literaria). Goya es considerado por muchos como hijo de la Ilustración, el movimiento de la razón. Nietzsche es considerado como uno de los representantes de la filosofía antirracional, sucesor de Schopenhauer y padre ideológico del fascismo alemán y de Heidegger (que de hecho fue militante nazi). Confío en que el próximo libro la autora cite, por ejemplo, a Bertrand Russell.

Así que, resumiendo, un buen libro de divulgación, fácil de leer y ameno. Trata de temas importantes sobre los que abunda la información falsa. Aconsejo que leáis el libro, que vosotros también lo aconsejéis y en mi caso prometo regalar alguno. Porque, lo voy a confesar, llevo muchos años 'pervirtiendo' a sobrinos, sobrinas, amigos, amigas con los libros que les regalo. Y ya puestos, no estaría de más pedir colaboración para combatir esas mentiras y que el pensamiento crítico avance.

Aquí tienes otra reseña, que también lo califica muy bien, o sea que lo mismo hasta he acertado:


www.granadacultural.info