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La economía en una lección


El libro La economía en una lección es la obra más conocida del economista Henry Hazlitt

Si bien algunas de sus ideas son de interés, yo titularía al libro 'Falacias para intentar desmentir falacias'. Y es que en su intento de desmentir algunas de las falacias más populares de la economía no deja de caer en otras. Si Henry Hazlitt hubiera estudiado más matemáticas y conociera mejor la teoría de juegos se hubiera dado cuenta de que no para de suponer que las decisiones económicas son juegos de suma no cero y no de suma cero, como una y otra vez se empecina en considerarlas.

Me voy a explicar mejor, porque puede parecer atrevido contradecir de forma tan simple a un famoso economista.

Dice Henry Hazlitt con buen criterio que suponer que un cristal roto reactiva la economía porque da trabajo al cristalero es una falacia. Indica que el dinero que empleará el comerciante en arreglarlo lo quitará de otro sitio y así, por ejemplo no comprará un abrigo. Lo que da a uno lo quita al otro. Y sí, lleva razón en parte. En parte nada más.

El error está en usa como cierta esa idea que repite una y otra vez en todo el libro: Lo que uno gana lo pierde otro. Parece deducirse de la siguiente premisa: El dinero que quitamos de un sitio lo restamos de otro. Si bien esto último parece más razonable como premisa requiera otra premisa más para respaldar la afirmación repetitiva del libro, o bien que el dinero es el único objetivo o bien que el dinero se emplee como se emplee produzca igual beneficio.

Los ejemplos del libro son numerosos. Si construimos una casa en Europa con dinero de EE.UU. es porque en EE.UU. dejamos de construir otra o dejamos de hacer algo, sugerirá en referencia a la postguerra. Sí el Estado recauda impuestos para hacer un puente, el puente se hace a costa de ese dinero recaudado que ya no se puede gastar en otras cosas.

Una y otra vez repite lo que uno gana lo pierde otro. Esto es lo que se conoce como suma 0 en la teoría de juegos. Así el ajedrez es un juego de suma cero: Si gano la partida es porque mi oponente la pierde. Pero no todo los juegos son de suma cero. Y la economía precisamente no es de suma cero. Al tomar una decisión entre dos personas, puede ser que una gane y la otra pierda. Pero muchas de las decisiones más bien hacen que los dos pierdan o los dos ganen.

En resumen, Henry Hazlitt con su cerrazón en que cualquier decisión en la que gana uno es a costa de que otro pierda, aboga por una economía liberal. Puesto que sobra la inteligencia para hacer que todos ganemos o todos perdamos, puesto que ya está preescrito que lo que gane uno es a costa de ganar otro, lo suyo es dejar que las cosas fluyan y que los listos ganen. Cuentan de un pueblo del Amazonia que pensaba de forma parecida y si los plataneros del vecino daban más frutos de lo normal se le atacaba, porque si no, mis plataneros darán menos plátanos.

Es curioso que dedica un capítulo a desmontar la tesis de que las máquinas no quitan trabajo y no se da cuenta precisamente de que esas máquinas desmontan su teoría de que lo que uno gana otro lo pierde.