Autoayuda

Creo que el tipo de libros que mejores resultados de ventas consigue desde hace unos años es una categoría que se llama 'libros de autoayuda'. Con ese nombre se hace referencia a una serie de mezcolanza que agrupa manuales para triunfar en muchos aspectos de la vida (dinero, familia, sexo, salud, fama), libros que pretender ocuparse de la ética, otros que descaradamente tratan de astrología y ciencias ocultas, listas de consejos y aforismos, estudios de comportamiento, cuentos alegóricos, y un largo etcétera que se modifica cada cierto tiempo. Conozco varias librerías donde la estantería más voluminosa es la de este tipo de libros.

Puestos a definirlos se supone que la característica principal de ellos es que pretenden ayudan a mejorar la calidad de vida y que el nombre así lo indica: auto-ayuda, para ayudarse a uno mismo.

Sin embargo esa supuesta característica no me parece una buena definición. La prueba es que los libros sobre antropología, psicología o ética no se incluyen en esta categoría. Y son los que de verdad podrían responder a esa necesidad. Desde luego un libro sobre astrología no puede resolver ningún problema de forma real. Antes de atacar a fondo el tema, recapitulemos alguna información.

Hagamos uso del método que C.S. Lewis planteaba en su libro La experiencia de leer, es decir, estudiar sus lectores. Conozco muchos lectores de este tipo de libros y los editores parece que los conocen muy bien si nos guiamos por las contraportadas y la publicidad que hacen de ellos. Los libreros con los que he hablado me lo confirman (a menudo de forma indirecta, o sea, que ellos no lo saben). Observo que la persona que compra un libro de autoayuda suele querer resolver un problema personal o, mejor dicho, un problema de adaptación social. Si está en el paro, busca estos libros; si no tiene pareja, lo mismo. Pero, sin embargo, no es normal comprar un libro de autoayuda para aprender algo como filosofía, psicología o antropología. O sea, no se busca estudiar el problema sino encontrar consuelo, por decirlo de alguna forma.

Y ahora analicemos los libros. He leído bastantes. No porque me gusten, sino porque creo que hay que combatirlos. Lo primero que salta a la vista es que parecen partir de lo que yo llamaría cultura norteamericana del siglo XX. No parecen multiculturales sino que abundan los autores norteamericanos y los que parecen autores norteamericanos. Lo segundo que me llama la atención es la incultura del autor, que suele redactar mal, estar mal informado y confunde bastante ideas. Todavía recuerdo el capítulo en que Carnegie cita a Sócrates como ejemplo para no hacer justo lo que Sócrates hizo en su condena a muerte.

Veamos un tercer dato: La comparación con los libros que podríamos suponer que responden a las mismas necesidades pero no son de autoayuda. Por ejemplo, un libro de antropología. Resulta curioso la distinta forma de abordar una experiencia concreta de chamanismo en dos libros como Las enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda y Vacas, cerdos, guerras y brujas de Marvin Harris. El primero recoge 'una experiencia' y la vive, yo diría que engañándose, el segundo la analiza, la estudia y la piensa. Creo que es Marvin Harris el que de verdad llega a conclusiones válidas.

Todo lo anterior me lleva a las siguientes conclusiones: los libros de autoayuda no buscan la solución de problemas de una forma definitiva, buscan disminuir sus síntomas y a menudo ni siquera eso consiguen. Eluden los estudios científicos y presuponen que el lector es poco inteligente. En suma, creo que sería más exacto llamarlos libros de autoengaño que buscan ocultar la realidad a la persona para que la sufra menos, evitando asumirla y trabajar para cambiarla.

Los libros de autoayuda, supongo que esto es bien sabido, no aguantan una crítica científica y de hecho son contrarios al conocimiento científico, pero yo añado algo más. Para mí ese no es el único problema, total si alguien dice que la Tierra es cuadrada, pues mira, puede tener hasta gracia. Para mí el problema principal no es que los libros de autoayuda sean anticientíficos sino que son antiéticos. No solo no ayudan a la persona sino que ocultando los síntomas, evitan llegar a conclusiones válidas. Es decir, sirven para ocultar la verdad, no para afrontarla. De esa forma, evitan que la verdad sea analizada. Lo más parecido a este tipo de libros son las drogas antidepresivas.

Supongo que debería citar ahora algunos ejemplos de autoayuda. En este diccionario comento algunos libros, por ejemplo:

Prometo ampliar la lista.


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