Discurso del método

El Discurso del método es una de las principales obras de René Descartes (1596-1650) y está considerada por muchos como pieza fundamental de la historia de la filosofía.

El Discurso del método se publicó en Leyden en 1637, formaba un volumen con la Dióptrica, los Meteoros y la Geometría. Estaba escrito en francés y no en latín, como era lo usual en esa época. El propio Descarte hace alusión a ello en la parte final del texto, dando sus argumentos para justificarlo. El título completo que aparecía en la portada de la primera edición era: Discurso del método para bien dirigir la propia razón y buscar la verdad de las ciencias.

El texto consta de 6 partes que paso a comentar.

La primera de ella se titula Consideraciones que atañen a las ciencias. Comienza con la frase «el buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo». El autor expone de forma general sus intenciones en la obra, indicando que trata más bien de contar sus propias experiencias y resultados antes que imponer un método de trabajo a los demás. Hace un balance del saber de su época, estimando que no existen verdadero conocimiento, por lo que reclama la necesidad de plantearse un plan de trabajo. Se indica que sólo las matemáticas tienen rigor en su planteamiento pero no se aplican al mundo real.

La segunda parte lleva por título Principales reglas del método. Descartes cuenta que llegó a establecer 4 reglas de trabajo, que basicamente son las siguientes:

1) No aceptar nada como verdadero sin que se conozca evidentemente como tal, evitando la precipitación.
2) Dividir cada una de las dificultades en tantas partes como sea posible a fin de resolver mejor el problema.
3) Conducir ordenadamente los pensamientos, empezando por lo más simple para ir ascendiendo poco a poco.
4) Hacer en todos sitios enumeraciones tan completas que se esté seguro de no omitir nada.

Así pues, Descartes establece su método basado en la seguridad y la exhaustividad y afirma que es necesario desprenderse de los conocimientos anteriores para empezar a construir un nuevo edificio del conocimiento.

La tercera parte del libro se titula Algunas reglas de moral sacadas del método. Se trata en ella de dar algunas indicaciones sobre moral mientras se elabora el nuevo edificio del pensamiento, por ello se les conoce como normas provisionales de la moral. Las reglas citadas son:

1) Obedecer las leyes y costumbres del país.
2) Ser firme y resuelto en las acciones, incluso en las opiniones más dudosas.
3) Tratar de vencerme a mí mismo antes que a la fortuna. Es decir, aceptar el funcionamiento del mundo y obrar en consecuencia.
4) Dedicar la vida a cultivar la razón y el conocimiento.

El título de la cuarta parte es Pruebas de la existencia de dios y del alma humana o fundamentos de la metafísica. En esta parte comienza la aplicación del método propuesto. Empieza por su famoso descubrimiento: «Pienso, luego existo» y posteriormente cree deducir la existencia de dios.

La quinta parte se llama Orden de cuestiones en física. En ella informa de varios descubrimientos sobre el funcionamiento del corazón humano, la circulación de la sangre y algunas cuestiones más relacionadas sobre todo con la medicina.

Finalmente en la sexta parte, Cosas requeridas para proseguir en la investigación de la naturaleza, se hace un esbozo de lo que podemos considerar el método científico de trabajo. En ella se exponen las razones por la que espero varios años para publicar el libro. Entre otras la condena a Galileo (aunque no lo cita explícitamente). También argumenta su disgusto por la fama. Hablando de los defensores de las teorías de Aristóteles, los compara con la hiedra, que crece sobre un árbol y que cuando llega a lo alto, no pudiendo subir más por su cuenta, comienza incluso a bajar.

Debido al interés de Descartes por sistematizar el pensamiento no puedo por menos que pensar en el 'discurso del método' como un 'algoritmo del pensamiento'.