El Neolítico es uno de los periodos de la Prehistoria humana. Está situado cronológicamente después del Mesolítico (que muchos consideran simplemente como un periodo intermedio entre el Paleolítico y el Neolítico) y antes de la Edad de los Metales.
Inicialmente las características que definian al Neolítico eran de técnicas en la elaboración de herramientas con la piedra. De ahí proviene su nombre: 'Neolítico' significa 'Nueva piedra', por contraposición al Paleolítico ('piedra antigua'). Sin embargo, posteriormente el Neolítico se ha identificado con cambios mucho más profundos en la evolución humana que un cambio en la técnica de la piedra. En el Neolítico apareció la alfarería, la ganadería y, lo que podemos suponer como cambio más importante, la agricultura. En base a ello Michel Brézillon definió el Neolítico como la fase del desarrollo técnico de las sociedades humanas que corresponde al acceso a la economía productiva.
Durante mucho tiempo se ha dibujado una imagen idílica del Neolítico respecto al Paleolítico: El hombre descubría la agricultura y conseguía así superar la fase en la que malvivía cazando animales y comiendo frutos silvestres. Pero esta imagen no parece adaptarse a la realidad. Más bien el hombre conocía la agricultura pero no tenía necesidad de ello hasta que ocurrieron una serie de cambios climatológicos que conllevaron la desaparición de la fauna del Pleistoceno y, ante la aparición del hambre, que obligaron al desarrollo de la agricultura. Si quieres desarrollar más el tema pudes ver el siguiente libro: Marvin Harris, Antropología, Alianza editorial. Una lectura más livia y bastante agradable es la siguiente Neandertales, bandidos y granjeros publicado por la editorial Crítica en su colección 'Darwinismo hoy' que lleva por subtítulo 'Cómo nació realmente la agricultura'. Su autor es Colin Tudge.
Jesús Mosterín en su obra Historia de la filosofía, vol. 1 página 47 (Alianza editorial, colección el libro de bolsillo) dice que el Neolítico fue una revolución de las mujeres.