En la Biblía aparecen dos mujeres de nombre Tamar además de una ciudad de igual nombre.
La primera Tamar es citada en la genealogía de Jesús que aparece al comienzo del evangelio de San Mateo. Su historia se recoge en Génesis 38 y es la siguiente:
[CGC702] Tamar casó con Er, el primogénito de Judá. Pero Er murió antes de tener descendencia. De acuerdo a las costumbres imperantes Judá casó de nuevo a Tamar con Onán, su segundo hijo. Onán celoso de dar descendencia a su hermano evitaba dejar embarazada a Tamar (practicaba el coito interruptus) por lo que fue castigado por Dios muriendo. Judá debía darle por esposo a su tercer hijo Selah pero como temía por la vida de éste pensado de Tamar era una mujer maldita fue dejando pasar el tiempo si hacerlo. Entonces Tamar se disfrazó de prostituta y esperó a Judá en el camino. Este hizo el amor con ella prometiendo llevarle un cabrito y dejándole en prenda su sello, cordón y bastón. Cuando llevaron el cabrito no encontraron a la prostituda y la gente del lugar decía que allí no había ninguna ramera. A los dos meses dijeron a Judá que su nuera Tamar estaba embarazada. Se enfadó mucho al conocer la noticia y dispuso que fuera ejecutada. Pero Tamar le envió un mensaje: «el padre de mi hijo es el dueño de estos bienes» junto con el sello, cordón y bastón de Judá. Al verlo éste tuvo que perdonarla y de esa forma consiguió Tamar tener descendencia.
La historia de la segunda [CGC701], el incesto con su hermanastro Amnón aparece en 2Samuel 13. Esta historia es recogida en muchas narraciones posteriores, como algunas del cancionero español.