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Crónicas marcianas


Una obra clásica de la ciencia ficción. Su autor es Ray Bradbury. Fue publicada en 1950 y se desarrolla en el «futuro lejano» de 1999 a 2026.

He dicho obra porque dudaba si decir novela, otros lo llaman colección de relatos. La verdad es que los distintos capítulos tienen su independencia aunque acaban dando coherencia al conjunto.

La leí en agosto de 2002.

Trata de la invasión humana de marte y su posterior abandono. Los marcianos originales tienen poderes telepáticos y eso permite que acaben con las tres primeras expediciones (de una forma mitad grotesta, mitad humorística). Pero, claro, los gérmenes que trasladan sin querer los humanos matan a los marcia- nos y esto permite la invasión del planeta sin más problemas. Sólo sobreviven unos pocos marcianos. Pero la guerra que se desata en la Tierra hace que los nuevos colonos cojan sus cohetes y vuelvan deprisa a su planeta original. Finalmente algunos deciden volver a Marte y convertirse en los nuevos marcianos.

Cito algunas frases:

«Los marcianos descubrieron el secreto de la vida entre los animales. El animal no discute la vida, vive. No tiene otra razón de vivir que la vida. Ama la vida y disfruta la vida»

«La mayoría siempre tiene razón. ¿no es así?. Jamás se equivoca ni un breve e insignificante momento. En diez millones de años jamás se equivocó. ¿Qué es esta mayoría y quienes la forman? ¿Qué piensa? ¿Cómo emprendió este camino? ¿Y por qué demonios he caido en estra putrefacta mayoría?. No me siento a gusto. ¿Será clautrofobia, temor a las muchedumbres, o sentido común? ¿es posible que un hombre tenga razón, aunque el resto del mundo opine que ellos tienen razón?. No lo pensemoa. Sometámonos, animémonos, y apretemos el gatillo. ¡Vaya y vaya!.»

«Esa noche había un olor a tiempo [...] ¿qué olor tenía el tiempo? [...] ¿y que sonido tenía el tiempo?»

«Jamás nos pondremos de acuerdo»

«Sexuados, pero sin sexo, los robots»

«¿Sabe usted por qué le hago esto? Porque quemó los libros del señor Poe sin haberlos leído. Le bastó la opinión de los demás. Si hubiera leído los libros, habría adivinado lo que yo le iba a hacer, cuando bajamos hace un momento. La ignorancia es fatal.»