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El mar de bronce


Segunda novela de Felipe Romero. Fue publicada postumamente por la editorial Comares a comienzos de 1999. Aunque no fue acabada por el autor el texto existente tiene suficiente autonomía.

Se centra en la figura histórica de Samuel Nagrella, visir judío de Granada en el siglo XI.

Copio algunas frases sacadas del texto:

«Porque la salud, el estar sano, es para cualquier mortal su más grande deseo y por ella dará cuanto se le pida, sin importarle el precio»

«Los listos, los sabihondos, los salvadores, los hombres pequeños que se creen gigantes sin saber arreglar su propia casa y que se presentan en la asamblea queriendo arreglar el mundo, esos estaban lejos, muy lejos, todavía más lejos, de Granada»

«El hecho más insignificante puede marcar la vida de un hombre. Luego el hombre lo olvida. Incluso acaba creyendo que han sido sus propios méritos, sus estudios, su buena apostura, su valentía, su talento lo que le ha llevado al puesto preeminente que ocupa»

«La gente debe morir, necesariamente todos nacemos para morir y nada tiene de malo que a alguien se le aligere la muerte, si ello le proporciona beneficios a otras personas y al reino. No hya pueblo ni nación alguna que no se vanaglorie de sus soldados, que no se sienta satisfecha de sus caudillos, y nadie discute a sus gobernantes el dinero que gastan para comprar espadas y otras armas para los ejércitos»

«Bien sabía el Naguid que en todo pueblo, ciudad o reino hay siempre hombres que harán por oro lo que se les pida. No son hombres ni buenos ni malos, son simplemente hombres»

«[...]el poder, la riqueza, el bienestar y la fortuna se alcanzan con el pensamiento, con el cerebro, con la mente que se esconde en la cabeza del ser humano. La fuerza, el músculo y el vigor deben quedar para la plebe, para las gentes, para el pueblo, nunca para los que quieren ser poderosos»

«dijo un griego cuyo nombre he olvidado que 'lo mejor es enemigo de lo bueno'»

«No matarás a ninguno. Nunca se debe matar a un poderoso para gobernar un reino»