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Eclipse






Eclipse

Fenómeno astronómico provocado por la colocación de la Luna entre la Tierra el Sol (eclipse de sol), de forma que éste es tapado parcial o totalmente; o la Tierra entre el sol y la luna (eclipse de luna). Son unos de los hechos astronómicos más espectaculares (pese a su irrelevancia cósmica). Sin ir más lejos, en el año 1999 ocurrió un eclipse de Sol visible en Europa que movilizó un gran número de turistas para su contemplación. También se habla de otros tipos de eclipse como los del sol por uno de los planetas interiores, mercurio o venus, o de otras estrellas, pero estos no son apreciables a simple vista.

Bajo un punto de vista científico los eclipses no dejan de ser unos fenómenos curiosos con nula repercusión en los astros involucrados. Su principal importancia es que permiten realizar algunos estudios que no son posible en otros momentos. Por ejemplo, en un eclipse solar puede verse parte del firmamento o incluso la corona solar. Ciertamente los eclipse solares deben afectar al planeta tierra (la temperatura baja, los seres vivos observan un oscurecimiento repentino) pero la repercusión es mínima.

Sin embargo, bajo un punto menos científico y más esotérico los eclipses suponen grandes acontecimientos para muchas personas. En mi opinión, dado el estado actual de nuestros conocimientos al respecto, es más como fruto de la incultura que de cualquier otro motivo. Menuda se armó con el eclipse de sol que ocurrió en centroeuropa en agosto de 1999 y que he citado antes. Tuvo un público de millones de personas, se organizaron numerosos viajes a la zona, ciudades como Munich habilitaron grandes carpas especiales para los visitantes, y se vivió como un fenómeno social. Por supuesto, más de un grupo de estos que podemos llamar para-religioso predijo el fin de mundo por dicho motivo.

La predicción de los eclipses se hace con éxito desde la antigüedad en la mayoría de culturas. Eso no quita que abunden las leyendas según las cual un prisionero se salva de ser ejecutado por que amenaza a sus raptores con eliminar al sol y ocurre un eclipse. Así lo podemos ver en Un yanqui en la corte del rey Arturo, de Mark Twain. También se cuenta que Cristóbal Colón lo usó para amedrentar a los nativos. Incluso aparece en uno de los episodios de Tintín.

Uno de los primeros eclipses que recoge la historia con cierta importancia es el que se produjo en el año 585 a.n.e. Fue predicho por Tales lo que le dio una gran fama como sabio. Es probable que sus conocimientos provinieran de Mesopotamia. Sobre este tema recojo algunos comentarios de Carlos García Gual en su obra Los siete sabios (y tres más):

Un eclipse de sol había causado siempre un imponente terror. Recordemos el comentario de Arquiloco (probablemente referido al eclipse del 30 de abril de 648):
Ningún suceso hay ya inesperado ni increíble ni prodigioso, cuando Zeus, Padre de los olímpicos, de un mediodía hizo noche, ocultando la luz del sol brillante. Y húmedo espanto dominó a la gente (frag 74 D)»

y mucho después el peán IX de Píndaro, que alude al eclipse del 30 de abril del 463, y que comienza:

Llama del sol que todo lo contemplas. ¿Qué pretendes
¡oh!, Madre de los ojos, que al astro altísimo
en pleno día arrebataste? ¿Cómo dejaste sin amparo
la fuerza de los hombres y el camino de su saber
lanzándote por una ruta de tinieblas? ...

Sigue narrando García Gual que Pericles tuvo que dar explicaciones a algunos atenienses asustados por el eclipse del 3 de agosto de 431.

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